La exposición al sol,  es saludable pues estimula entre otras cosas, la producción de vitamina D en nuestro organismo y, favorece al igual que el ejercicio liberación de endorfinas brindando sensación de bienestar. No obstante, la exposición continua y prolongada puede tener consecuencias dañinas e irreversibles.  La exposición prolongada al sol es la causante de envejecimiento prematuro, llevando a la piel a lucir seca, opaca, manchada y adelgazada con pérdida de elasticidad.

El ejercicio físico continuo, una buena alimentación e hidratación y el uso de cremas humectantes y bloqueador solar, pueden mejorar la apariencia de nuestra piel.

Carboxiterapia es también un recurso válido para poner nuestra piel bonita y tersa luego de los estragos que ocasiona el verano.

El dióxido de carbono estimula la microcirculación y con esto la llegada de agua y nutrientes a nuestra piel. Concomitantemente, se activa la función de fibroblastos encargados de la producción de colágeno y elastina.  Además carboxiterapia estimula la producción de antioxidantes naturales que ayudan a prevenir el envejecimiento.

Los resultados se ven desde la aplicación de la primera sesión, y conforme se avanza en las sesiones se logra ver atenuación de líneas de expresión, mayor firmeza en el tono de la piel, y se recupera el brillo natural de la misma.

Las sesiones se recomiendan cada 2 a 4 semanas, según el caso de cada persona y el número promedio de sesiones es de ocho. Las sesiones para mejorar el rostro, pueden realizarse en cualquier momento del día, cualquier día del año, pues solo queda un leve enrojecimiento que suele pasar rápido.

No olvidemos que carboxiterapia es un tratamiento médico que tiene indicaciones y contraindicaciones que deben ser bien evaluadas antes de iniciar las sesiones, en la consulta de evaluación previa, y que debe realizarla un médico.