Científicos ucranianos describieron el efecto analgésico del dióxido de carbono y resaltaron que puede ser útil para tratar cuadros como fibromialgia, artrosis, contracturas musculares, dolores de cabeza, entre otras condiciones de dolor. Este estudio fue publicado por Neurophysiology.

Aplicación de carboxiterapia para dolor articular. (Foto autoría propia)

De acuerdo con los investigadores de la Universidad Nacional de Farmacia de Ucrania, el CO2 induce un incremento de la circulación microscópica de los tejidos y con esto se acrecienta la concentración de oxígeno. Este mecanismo, a su vez, tiene un efecto antiinflamatorio, que caracteriza al efecto analgésico.

Para los expertos, comprender el mecanismo analgésico del aumento de oxígeno es sencillo. El desarrollo de una oxigenación local intensificada, pronunciada y la elevación del flujo de sangre de una articulación y el tejido alrededor, por proponer un ejemplo, dan como resultado la desaparición del dolor 10 a 15 minutos después del procedimiento con CO2. Además del ascenso en la concentración de oxígeno, los autores señalan que también existe un efecto de bloqueo de la conducción nerviosa producido por la insuflación del dióxido de carbono.

También señalan que el dióxido de carbono aplicado bajo la piel como inyección subcutánea, tendría la capacidad de estimular la producción de analgésicos naturales. Estas sustancias propias del cuerpo capaces de atenuar el dolor, son las endorfinas. Los autores indican que además del incremento de la sangre y oxígeno en la zona tratada, hay liberación de endorfinas y esto se traduce en relajación muscular con la consiguiente reducción del dolor.

El dióxido de carbono se inyecta bajo la piel

La forma de aplicación del CO2 más difundida es la inyección bajo la piel o inyección subcutánea. Esta práctica recibe el nombre de carboxiterapia. La administración de este gas bajo la piel en las cantidades reportadas en los informes científicos, no afectan su concentración en la sangre, pero proveen potentes efectos farmacológicos positivos en el lugar de la inyección (aumento del flujo de sangre y de la concentración de oxígeno).  

Para las inyecciones subcutáneas del dióxido de carbono se usan agujas hipodérmicas muy finas incluso más que las utilizadas para la aplicación de insulina. El propio gas también es de uso exclusivo para procedimientos médicos, con un alto grado de pureza.

Revisemos un poco de historia

El dióxido de carbono, hoy conocido por su efecto sobre el cambio climático, se ha usado en Europa desde la edad media, para tratar problemas médicos como el síndrome de Raynaud, (caracterizado por cambio de color en dedos de manos o pies que se vuelven morados, a causa de la falta de circulación de sangre).  

A inicios de los años 20 del siglo pasado, aparecieron las primeras publicaciones científicas sobre el efecto de las inyecciones subcutáneas de dióxido de carbono en la piel. Desde entonces hasta la actualidad, el CO2 viene investigándose y aplicándose para diversos problemas médicos.

El CO2 se usa también para otros problemas de salud

El CO2 también ha sido ampliamente investigado por su efecto en la regeneración de tejidos, por lo que se ha utilizado para tratar heridas crónicas como úlceras de pie diabético, problemas dérmicos como psoriasis, vitíligo, cicatrices recientes, etc. Pero el área médica en la que está más difundida la carboxiterapia es la medicina estética. En este rubro el uso del CO2 va desde la reducción de la grasa localizada, celulitis, flacidez de piel, hasta rejuvenecimiento facial, ojeras y caída del cabello. 

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Investigadora y médico endocrinóloga es ponente en congresos y seminarios donde difunde los últimos descubrimientos y técnicas de aplicación del CO2.

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